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La exfoliación de la piel es algo que poco a poco ha ido ganando popularidad a lo largo de los últimos años dentro del mundo del cuidado de la piel, pero lo cierto es que es algo que data de hace siglos cuando las mujeres ya se exfoliaban la piel facial para conseguir una regeneración más rápida y una piel más sana, tersa y luminosa.
¿Qué es la exfoliación y por qué es importante?
La exfoliación es el proceso de eliminación de células muertas que nuestro propio cuerpo va desechando con el objetivo de mostrar una capa de piel nueva, renovada, fresca y luminosa.
La piel está en constante renovación y su proceso de cambio natural tiene una duración aproximada de 40 días pero si ayudamos con exfoliación diaria, este proceso lo aceleramos logrando una piel más uniforme y más luminosa gracias a los componentes de los exfoliantes.
La exfoliación es importante porque ayudamos a que las células muertas que el cuerpo expulsa no se acumulen en nuestra piel dando lugar a irregularidades y poros ocluidos que no pueden expulsar el exceso de sebo de la piel pudiendo ocasionar así un brote de acné. El no exfoliarnos también puede hacer que tengamos una piel mate, áspera y con puntos negros.
Además, el hecho de tener la piel exfoliada significa que está en óptimas condiciones para que los productos que apliquemos penetren de la mejor manera y podamos estimular así la regeneración celular y de colágeno.
Tipos de exfoliación: física y química
Existen dos tipos de exfoliación, la física y la química, diferentes entre sí y combinables si deseamos una buena salud en nuestra piel.
La exfoliación física es aquella que nos permite favorecer el proceso de eliminación de la piel en la capa más superficial.
La exfoliación química o enzimática nos ayuda a disolver ese exceso de grasa o células muertas a través de las enzimas; además, éste actúa también como desmaquillante eliminando así el maquillaje o la fotoprotección que hayamos llevado todo el día.
La exfoliación física la recomendamos por las mañanas al levantarnos, ya que con ella arrastraremos todo el trabajo que haya hecho el retinol, las pieles muertas; mientras que el exfoliante químico lo utilizaremos por las noches siendo éste más gustoso y preparando nuestra piel para nuestro tratamiento de la noche.
¿Cada cuánto hay que exfoliar la piel de la cara?
Uno de los mitos más comunes en cuanto a la exfoliación es cada cuánto tenemos que hacerlo y la exfoliación debe ser diaria. Si no lo hacemos, el proceso de recambio de piel se verá alargado o interrumpido.
No importa el estado de nuestra piel, si hay patologías como acné, rosácea, melasma… si está sana… esté como esté siempre será beneficioso el proceso de exfoliación para ayudar al recambio de piel.
¿Es segura la exfoliación química?
La exfoliación química es totalmente segura para todo tipo de pieles, simplemente debemos asegurarnos de hacerlo con productos adecuados y que cumplan las leyes sanitarias.
¿La exfoliación ayuda a reducir las arrugas?
Sí, la exfoliación mejora las arrugas reduciéndolas. Esto se produce porque al exfoliar nuestra cara, eliminamos el exceso de piel y células muertas dejando una superficie más plana, sin irregularidades y, por supuesto, más brillante y luminosa por la generación de colágeno. Es el efecto de “limpieza” sobre una superficie.
Esto lo conseguimos con la arruga fina, ya que para arrugas más marcadas o dinámicas debemos llevar a cabo otros tratamientos como los neuromoduladores o más ambiciosos como nuestro tratamiento Tridente, un tratamiento único que solo Instituto Natividad Cano hace en España.
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