El otoño, esa estación en la que se nos va el calorcito y estrenamos ‘curso’. Estrenamos agendas, outfits y cualquier cosa que necesitemos para esta entrada en la rutina… pero no todo iba a ser bueno, lo malo que nos trae el otoño es que es la época en la que más se nos cae el pelo y más cuidados necesitamos.
Es cierto que durante el verano nuestro cabello sufre pero es ahora cuando está sometido a cambios bruscos de temperatura, sequedad, peinados más elaborados, uso de gorritos o sombreros y el temido secador de pelo.
Por eso, ahora es cuando más debemos prestar atención a uno de nuestros puntos más característicos y que son clave en nuestra imagen.
A continuación, el equipo de Dermatología Clínica de Instituto Médico Natividad Cano nos da los consejos clave para mantener una melena sana y espectacular durante este otoño:
Utilizar el champú adecuado
El champú es un producto utilizado para limpiar la suciedad del cabello, la grasa formada por las glándulas sebáceas, la descamación cutánea del cuero cabelludo y, en general, cualquier partícula contaminante ambiental que se va acumulando progresivamente en la cabeza. Se usa champú porque con agua no basta, pero debemos saber que cada uno tiene su propia indicación, al igual que la dermocosmética.
Cabello graso o con mucha oleosidad:
Es recomendable usar algún tipo de champú con sulfatos que controlará el exceso de grasa. Los surfactantes a pesar de estar mitificados como un “malos”, no son dañinos y son los compuestos más eficaces en limpiar la grasa de cuero cabelludo y pelo. Lo que debemos cuidar es que estos sean surfactantes equilibrados, lo que la mayoría de los champús de uso diario cumplen.
Cabello seco o infantil:
Conviene usar champú sin sulfatos porque estos lo podrían secar aún más e irritar. En caso, si preferimos este tipo de champú, se debería evitar el uso de siliconas en el cabello (especialmente la dimeticona, muy común en cremas de peinado y mascarillas) porque estas partículas se incrustan en la fibra capilar y resultan muy difíciles de quitar sin sulfatos.
Hidratación extra:
La calefacción, el frío, las heladas, ambientes resecos… todo esto hace que nuestro pelo sufra y por tanto, se quiebre, se encrespe y pierda ese brillo natural. Además, puede que notes que tu pelo se ensucia más en invierno; eso es porque nuestro cuerpo segrega más grasa para combatir el frío. Para evitarlo debemos masajear menos el folículo y lavarlo con agua templada.
Exfoliación:
La exfoliación es un cuidado clave a la hora de evitar la temida caspa, ya que eliminamos esas células muertas y hacemos que el cabello se mantenga más tiempo limpio. Cualquier exfoliante capilar te puede valer para sanear el cuero cabelludo.
Protección térmica:
Ahora es cuando volvemos a utilizar secadores, planchas o tenacillas para rizar el pelo; esto supone una agresión térmica para el cabello que debemos amortiguar con productos específicos que aplicamos antes del uso de planchas.
Secado:
Una buena manera de proteger nuestro cabello es haciendo uso del secador a una temperatura más suave y no a la más alta, ya que las altas temperaturas hacen que el pelo esté más frágil y se rompa con mayor facilidad.
Cepillado:
Peinar en seco y suavemente, ya que si el pelo está mojado es mucho más fácil
que la fibra capilar se rompa. Si nos cepillamos con el cabello mojado, debemos hacerlo con cepillos de púas anchas para que no se rompan las fibras del cabello.
Especialista del pelo:
Lo mejor para cuidar tu cabello tenga o no una patología es acudir a los verdaderos especialistas en el cabello y uñas. Estos son los médicos dermatólogos, quienes tratan todo tipo de patologías en estas dos zonas de nuestro cuerpo.
